
Tesla y SpaceX han recurrido a trabajadores indocumentados para la construcción de sus instalaciones, a pesar de la postura pública de Elon Musk sobre políticas de inmigración más estrictas.
Una investigación de Bloomberg reveló que estos trabajadores, a menudo contratados a través de contratistas externos, enfrentaban condiciones difíciles, que incluían largas horas, descansos mínimos y riesgos de seguridad.
El rápido cronograma de construcción llevó a los contratistas a priorizar la velocidad sobre la investigación adecuada, lo que resultó en salarios más bajos y en la falta de aplicación de las políticas de autorización de los trabajadores. Si bien Musk ha expresado su preocupación por el impacto de la inmigración, algunos trabajadores indocumentados creen que se beneficia de su trabajo debido a los menores costos.
Vale la pena señalar que el propio Musk ha reconocido haber trabajado anteriormente en los EE. UU. sin la debida autorización.